En anteriores posts hemos comentado muy por encima la técnica de pintado en esculturas en general, comentando los materiales más frecuentes; en este caso vamos a a desarrollar la técnica del policromado centrándonos en su origen.

Antes de comenzar con dicho desarrollo, debemos mencionar que aunque el policromado es una técnica que puede realizarse en cualquier superficie, toma mayor relevancia en obras realizadas mediante talla a mano, ya que se trata de una técnica que es utilizada para cubrir con mayor personalidad y realidad cada obra, con la talla a mano dicha expresión a conseguir con policromado aumenta de manera muy significativa.

El origen del policromado data de la época de la Antigua Grecia, en la que las esculturas eran pintadas dando un gran paso hacia delante en cuanto a decoración se refiere, pasamos de ver esculturas y trabajos en talla a mano de color mármol, madera y escayola principalmente a tener esculturas más cercanas a la realidad, aunque en esta época los colores utilizados eran los más básicos.

La Edad Media, se considera un segundo origen para el policromado; esta época se distingue de la anterior en la fuerza que toman los colores partiendo de colores más naturales más asociados a la realidad. Es en este mismo momento cuando el policromado obtiene un gran desarrollo convirtiéndose dicha expansión en un camino hacia América en el que el policromado sería bien aceptado por los nativos a mediados del siglo XVII.

Aunque el policromado es una técnica que se ha aplicado a diferentes formas y esculturas, debemos decir que su mayor representación desde su origen se centra en figuras religiosas, la gran mayoría realizadas con talla a mano, pero también es cierto que actualmente el concepto del policromado se está expandiendo hacia motivos no religiosos.